Caminas entre la niebla, sin noción de la hora, sin noción
del tiempo, sin prisas, sumergido en tus pensamientos que discurren entre
pisada y pisada. De repente levantas la mirada y son unos segundos los que tu
mente sostiene que te encuentras sumergido en una imagen de antaño, de antiguos
viajeros errantes sin más compaña que la de enormes perros-lobos, fieles y
vigilantes a cualquier extraño, hasta que el sentido común te saca de la
embriaguez de la niebla y el cansancio, ubicándote de nuevo en el tiempo
presente, caminando por tierra, barro y calles empedradas, discurriendo por un
camino de antes y de ahora, algo que solo te puede suceder caminando a
Santiago.

Este camino lo inicié en el invierno del 2007, huyendo de la
romería en que se convierte el camino en verano. Un día cinco de diciembre para
más precisión. Sí, diciembre, cuando más viento, lluvia, niebla y frio podía
hacer en aquellas tierras gallegas,… condiciones climáticas perfectas para un
camino lleno de emoción y sentimiento, condiciones perfectas para perderme
entre mis pensamientos y una falsa soledad, pues bastaba con fijarse bien, ir
atento a pistas y señales, para encontrar habitantes en esta fábula, en este
cuento hecho camino.
Día 1. O Cebreiro –
Triacastela
Fue en O Cebreiro donde comencé
a andar, aunque como dicen los grandes viajeros, el camino comienza en el
primer momento que decides hacerlo y desde donde inicias la marcha. Cinco días por
delante de camino, auténtico, que se dice debe ser a pié o a caballo, pues por
otros medios, rutas son. Y fue en O Cebreiro donde el camino me regaló la
fotografía hoy cabecera de este blog, la del amanecer en O Cebreiro, rondando
ya las nueve de la mañana y tras haber dejado el albergue y tomar algo
calentito en el bar de Irene para iniciar la marcha.
Ese mismo día de caminata aprendes que necesitas más pies y
piernas, algo
imprescindible y que ignoraba. Pero como en toda fábula, apareció como invocado
a última hora del día un hombrecito que vendía bastones de madera con un
sencillo tallado, algo que ahora reconozco me salvó a mi y mis piernas el resto
del camino.
Día 2. Triacastela - Ferreiros
Segundo día de camino, segundo día de historias que
encuentras a ambos lados, gente del lugar, en su quehacer diario, a veces
molestos por el objetivo de la cámara fotográfica, la mayor parte de las veces
agradecidos por mostrarte orgullosos su casa, su ganado, sus costumbres,…
Dia 3. Ferreiros –
Palas de Rei
Tercer día de camino, y aunque lo inicié solo, sin más
compañía que la mochila, abrigo y la cámara de fotos, te vas encontrando con
otros peregrinos, otros locos, que se lanzaron a caminar en estas fechas. Gente
con la que caminas un rato, charlas, te paras a compartir un café o un licor de
la tierra mientras te relatan acerca de largas caminatas desde centro Europa,...
Gente que te encuentras, charlas bromeas,…. Gente de la que
te separas para seguir caminando solo.
Dia 4. Palas de Rei –
Arzua
Cuarto día de camino y otra carrera más, porque no es
verano, los días son cortos, amanece entorno a las 9h. de la mañana y ya a las
18h es noche cerrada. Algo a tener en cuenta a la hora de realizar jornadas de
entre 25 y 30 kilómetros, acabando la mayoría de los días caminando alumbrado
por el frontal y alguna que otra solitaria farola colgada en la niebla.
Dia 5. Arzua-Monte do
Gozo
Quinto día de camino y otro día totalmente diferente. Nueva
gente que encuentras, nuevas historias, nuevos paisajes,… Todo diferente en el
mismo camino.
Día 6. Monte do
Gozo-Santiago de Compostela.
Y por fin, llegué a Santiago de Compostela,… Recorrido que
se hace eterno por la ciudad, hasta la catedral. Visita obligatoria, rápida
para coger el autobús de regreso y de vuelta a casa, donde sea que estuviese, y
en el recuerdo ya por siempre, Galicia.
Imposible resumir estos días en unas cuantas fotografías y unos pocos párrafos,...